18/8/15

GEMEINSCHAFTSGEFÜHL



Me encantaría saber pronunciar esta palabra. Poder decirla de forma adecuada e incorporarla en mi vocabulario habitual.
A simple vista parece el nombre de una estación de tren a las afueras de una ciudad Alemana.
O el apellido de alguien importante: Otto Von Gemein...noséqué...

Pero no. GEMEINSCHAFTSGEFÜHL para mi es la llave que abre la puerta de una nueva forma de ver el mundo. O quizás la única forma posible de mirar al futuro con algo de esperanza.
Todas esas letrajas jutas y apiñadas me dicen TODO.

Es una lástima que no se entienda bien, y no hablo precisamente del idioma en el que está escrita, sino de su significado mismo.
Incomprensible por desgracia para muchos aunque, con ojos optimistas, parece que podemos respirar y no sentirnos decepcionados de nosotros mismos.

Significa SENTIDO DE COMUNIDAD o INTERÉS SOCIAL.

Y ¿Sabes qué?
Que estamos diseñados para buscar la forma de entendernos.
Pero no lo sabemos.

Quién no recuerda las imágenes de aquel fatídico día de Marzo en el que el odio se llevó a casi 200 personas por delante. Aquel trágico día que quedará marcado en nuestra memoria para siempre.
El dolor y la pena nos vienen rápido a la cabeza y al corazón al pensar en una fecha: 11M.

Pero...y si recordamos aquellas imágenes que dieron la vuelta al mundo. Aquellas personas anónimas arriesgando su integridad por ayudar a los demás, por socorrer a las víctimas. No dudaron un segundo en acudir al rescate y organizarse de manera asombrosamente rápida para salvar a los supervivientes.

Cómo reconforta pensar que de un acto tan atroz pudieron aflorar las reacciones más heróicas.
Qué alivio comprobar que si necesito ayuda, tú, que no me conoces, vendrás en mi auxilio.

Y pasa siempre.
Angrois.
En cada tragedia, en cada desastre. Nos organizamos para darlo TODO por los demás.
En mi ciudad hay un monumento a 3 policías, a 3 HÉROES que dieron su vida por otro.

Sabemos ayudarnos. Sabemos olvidarnos de nosotros. Sabemos renunciar a nuestro tiempo, a nuestros "bienes" materiales, a nuestra vanidad.
Nos sale solo.

¿Cuántos voluntarios anónimos hay en el mundo trabajando por reparar injusticias o desigualdades?

El interés social nos sale de dentro.

El bien del otro por encima del mio.

El bien del grupo. El bien común.

A veces da miedo pensar en esa renuncia, en esa falta de comodidad que supone ceder en algo por los demás.  Pero ...¿y si somos nosotros los que necesitamos ayuda, comprensión o empatía en un momento dado? ¿Y si, en un mal momento de su vida, es uno de nuestros hijos el que necesita que alguien de su entorno se olvide un poco de sí mismo para prestarle su ayuda actuando en favor de " el bien común"? ¿Y si son ellos los que necesitan un héroe anónimo, un acto de generosidad?

Nos gustaría pensar que no van a estar solos. Que esta sociedad evoluciona igual de rápido que la tecnología o la ciencia y que cada vez somos un grupo más unido a la vez que diverso y tolerante.

Pero desgraciadamente sabemos que queda mucho camino que recorrer para llegar a ser una humanidad "humana".

Suena a utopía. Paz en el mundo. Vivir felices. We are the world.

¿No tenemos remedio? Estoy convencida de que sí. De que necesitamos abrir los ojos y comprobar que nada es posible si recorremos el camino solos. Estoy convencida de que se puede "resetear" el mundo y grabarnos una palabra en el disco duro:

CONEXIÓN.

Si conseguimos interiorizar el hecho de que la conexión entre nosotros es lo que nos enriquece, podremos perderle el miedo a abandonar los individualismos que nos está extinguiendo. Suena drástico pero es así. No hace falta que describa lo que pasaría si cada ser humano pensara solamente en sí mismo.

¿Y qué nos está salvando del colapso?
LA FAMILIA

¿Por quienes somos capaces de olvidarnos de nosotros mismos?

¿A que si? ..¿A que sólo por ellos?...

Nuestros hijos nos enseñan a renunciar a absolutamente todo lo irrenunciable con el simple hecho de existir. Nuestros padres nos inspiran generosidad y entrega. Nuestros hermanos nos enseñan lo que es la primera amistad.

¿ Y si damos un paso más? Por qué no ampliar el círculo.
¿Y si nos aprendemos esa palabreja y educamos pensando un poco más en ella?
¿Y si sembramos en nuestro hijos el sentido de pertenencia de manera que ellos lo transmitan y lo tengan también en cuenta?
Podemos buscar un ambiente cooperativo en casa, en donde todos juntos CONSTRUIMOS FAMILIA.
Podemos enseñar a nuestros hijos a aportar opiniones, decisiones, soluciones, pero también a renunciar a veces por el bien común del grupo:

" Yo quiero ir al parque pero es mejor llegar a tiempo a casa de la abuela"

Se puede inculcar en nuestros hijos la idea de que no siempre tiene que imponerse la voluntad propia.
Se puede enseñar que renunciar a veces es dejar crecer a los demás y, en consecuencia, crecimiento  de todos. Es bonito ver cómo va naciendo en ellos la generosidad como reflejo de ese sentido de pertenencia... ¿Cómo creéis que se cultiva?

"La entrega engrandece". "Ayudar para ayudarse a uno mismo". "Dar es recibir".
Parecen lemas o slogans fáciles, pero encierran muchas de las claves de la felicidad.

Conjugar los verbos en primera persona es necesario, pero NOSOTROS es una palabra muy bonita.
Liberarse un poco del YO y hablar en plural da fuerza, respaldo, cobertura.
 Es como sentirse equilibrista: "Yo camino sobre la cuerda, pero la red está ahí por si me caigo"

No cambiaremos el mundo en una semana pero nuestros hijos aprenderán a cooperar mientras crecen dejando crecer. Compartiendo.
Primero en casa. Luego en el mundo.
A lo mejor algún día conseguimos que deje de ser noticia el hecho de ayudarnos o pensar en los demás, porque habremos conseguido entender, no que la unión hace la fuerza, sino que la conexión y la cooperación crean humanidad. Nos ayudan a crecer individualmente y como grupo.

Inténtalo, es difícil, pero al final suena bien...GEMEINSCHAFTSGEFÜHL ;)

María Soto Álvarez de Sotomayor


















1 comentario:

  1. Cómo me gusta leer tus reflexiones, que siempre comparto por supuesto.

    Me surge, al hilo de tu redacción, un detalle cotidiano que nos ocurre a todos cuando nos olvidamos de ese "dejar crecer". Por la manera en que los padres y los educadores influimos, controlamos, coartamos e intentamos modificar, el desarrollo natural de nuestros niños y adolescentes. Ese sentido de comunidad del que tan bonito hablas se ve interrumpido a veces por nuestra equivocada gestión de sobre las personas de nuestro entorno y que serán, al paso del tiempo, los adultos responsables de la sociedad futura.

    Si "dejamos crecer" y nos mantenemos conectados, con el respeto mutuo que nos enseña la Disciplina Positiva, podremos estar tranquilos de que el GEMEINSCHAFTSGEFÜHL se mantendrá vivo y activo pase lo que pase, porque como tú bien defiendes: el sentido de comunidad se abre camino.

    Gracias María, gracias "Educa Bonito".

    ResponderEliminar